La sombra del 10 es tan alargada que rara vez no asomara por el Camp Nou a partir de ahora, pero Koeman y sus jugadores demostraron tener un plan para la era post Messi. En el primer día, en casa, pero ante un rival de los más potentes del torneo, la puesta en escena fue convincente, sobre todo en la primera media hora, elevada a la categoría de «la mejor en muchos años» por el propio entrenador. Una vuelta de tuerca más.
Las líneas maestras para vivir, y ganar, sin Messi pasan por un esfuerzo defensivo colectivo propiciado por la solidaridad común de los 10 que corren, algo que con Leo rara vez sucedía, liberado de esas tareas por todos sus entrenadores, no hablemos ya de cuando formaba ataque con Suárez y solo replegaban ocho.