Por quinto día consecutivo, las llamas arrasan Grecia. Muchos de los más de 400 incendios de las últimas 24 horas están bajo control, pero aún quedan otros desatados, pese a los al menos 1.450 bomberos griegos y 15 aviones desplegados, gracias a la ayuda de países vecinos.
Las condiciones climáticas no ayudan a la extinción. Grecia está atravesando una de las peores olas de calor de los últimos 30 años, con temperaturas continuadas por encima de los 40 grados centígrados.
Además, a esto se suman las fuertes rachas de viento que propician la extensión de las llamas. Una «crisis ecológica sin precedentes», como la calificó el pasado jueves el primer ministro Kyriakos Mitsotakis.