La economía estadunidense creció a un ritmo decepcionante e el segundo trimestre, en una señal de que Estados Unidos parece estar dejando atrás el lastre de la pandemia de COVID-19, pero aun tiene trabajo por delante, informo este jueves el Departamento de Comercio.
El Producto Interno Broto (PIB) de abril a junio se acelero un 6.5% del primer trimestre, que fue revisado levemente a la baja. Pero el consenso de los expertos cifraba el aumento esperado en un 8.4%.
La inversión interna privada bruta cayó un 3.5% y el deceso de los inventarios privados y en la inversión residencial frenaron las ganancias. Según el informe de la Oficina de Análisis Económico, el aumento de las importaciones y el descenso del 5% en el gasto Gobierno Federal a pesar del abultado déficit presupuestario, también fueron determinantes.
El crecimiento se dejó fundamentalmente al incremento del gasto de los consumidores que subió un 11.8% y representó el 69% de toda la actividad como ser la inversión fija no residencial, las exportaciones y el gasto público estatal y local también contribuyeron a impulsar la producción.