Nuevas inundaciones han inundado nuevamente áreas de Bélgica y arrastrado automóviles cuando una ola de tormentas eléctricas y fuertes lluvias azotaron el país el sábado.
Las provincias de Namur y Brabante Valón al sureste de la capital, Bruselas, se vieron especialmente afectadas. Ya habían sido impactados por las devastadoras inundaciones que dejaron 36 personas muertas y siete desaparecidas en la nación con 11,5 millones de habitantes la semana pasada.
El centro de crisis de Bélgica emitió una advertencia a la población ya que se espera que el mal tiempo dure varios días.
Las fuertes lluvias causaron daños importantes en Dinant, donde montones de coches estaban esparcidos por la ciudad. El teniente de alcalde Robert Closset dijo que se desplegaron bomberos para hacer frente a las inundaciones que describió como peores que la semana pasada.
«He estado viviendo aquí toda mi vida y nunca había visto esto antes», dijo a The Associated Press, y agregó que no se había reportado ninguna nueva víctima.
En la provincia de Lieja, que fue gravemente afectada la semana pasada, las autoridades locales que monitorean la situación dijeron que no se esperaban desbordes significativos de ríos durante el fin de semana y decidieron que no era necesaria una evacuación global del área en esta etapa.
La cifra confirmada de muertos por las inundaciones de la semana pasada en Bélgica y los países vecinos superó los 210 esta semana y se espera que el costo económico alcance los miles de millones.
El gobierno valón, a cargo del poder ejecutivo en la región francófona, ha anunciado un plan de reconstrucción de 2.000 millones de euros. Para ayudar a los ciudadanos a hacer frente a la urgencia antes de que las compañías de seguros se hagan cargo, todos los hogares afectados por la catástrofe recibirán préstamos sin intereses de 2.500 euros para cubrir sus necesidades básicas.
Los expertos dicen que tales inundaciones serán más frecuentes y graves debido al cambio climático, y los países deberán adaptarse, incluso revisando los cálculos sobre futuros riesgos de inundaciones, mejorando los sistemas de alerta y preparando a las poblaciones para desastres similares.
