Roger Federer anunció este martes su baja definitiva de los Juegos Olímpicos de Tokio. El suizo, de 39 años, había dejado en al aire su participación tras perder en los cuartos de final de Wimbledom contra Hubert Hurkacz, la semana pasada, y la duda derivó finalmente hacia la confirmación: el campeón de 20 grandes no acudirá a la cita de Tokio, pero más allá de motivaciones o conveniencias, hay una razón de peso detrás y está en la rodilla derecha.
“Durante la temporada de hierba, lamentablemente noté un nuevo contratiempo [en la articulación] y he asumido que debo renunciar los Juegos Olímpicos de Tokio”, indicó el de Basilea a través un comunicado en las redes sociales; “Estoy muy decepcionado, porque ha sido un honor representar a Suiza a lo largo de mi carrera. He comenzado ya la rehabilitación con la esperanza de regresar al circuito este verano”.
Federer, que el 8 de agosto cumplirá 40 años, se sometió la temporada pasada a una doble artroscopia en la rodilla derecha –la primera en febrero y la segunda en junio, ya que la evolución no era la deseada– y tardó en reaparecer 405 días. Desde entonces compitió en Doha, Ginebra, Roland Garros, Halle y Wimbledon, acumulando en dicha franja 13 partidos, resueltos en nueve triunfos y cuatro derrotas; tropezó con Basilashvili (42), Andújar (75), Aliassime (21) y Hurkacz (18).
Federer, patrocinado por la firma japonesa Uniqlo, tenía el aliciente de superar uno de los escasos retos que se le han resistido a lo largo de su trayectoria.Plata olimpica individual en Londres 2022 y oro junto a Stanislas Wawrinka en el dobles de Pekín, cuatro años antes, la posibilidad de engarzar el oro como solista en la que hubiera sido su quinta participación olímpica era tan tentadora como improbable.
Como ya dejó ver en Londres a estas dos últimas semanas, Federer no termina de quitarse el oxido del cuerpo y pese a que firmó un par de partidos esperanzadores, progresó hasta la antepenúltima ronda del torneo a trompicones. Ahora queda por ver qué respuesta ofrece la rodilla y, sobre todo, si le permitirá inscribirse en el US Open de Nueva York, que arranca el lunes 30 de agosto en las instalaciones de Flushing Meadows.
