En el suelo, protegido por paredes de bolsas pláticas y sin un bocado que llevar a la boca, así pasan las horas, días ,semana y meses los familiares de los pacientes ingresados al Hospital Escuela en la capital.
Aunque desde hace días se denuncia esta situación, hasta el momento no hacen nada para mejor las condiciones infrahumanas y los ven con total indiferencia.
Una de la mujeres lamentó que son vistos de menos por los guardias del hospital solo «por el atroz delito de ser pobres» y además denunció que estos elementos se dejan sobornar por personas con dinero a quienes si les permiten ingresar a ver sus parientes enfermos.
