Una farmacéutica australiana se encuentra desarrollando una prueba de ADN que buscaría identificar la probabilidad de que una persona desarrolle una fase grave de COVID-19, de acuerdo con Science.
La prueba creada por Genetic Technologies, que consiste en poner saliva en un tubo de ensayo y enviarlo por correo, combina datos genéticos como la edad, el sexo y las condiciones médicas preexistentes de la persona con el fin de predecir si se encuentra entre el 10 o 15 por ciento de pacientes que podrían terminar en el hospital o incluso morir por la enfermedad, indica la revista.
Esta tiene un costo de 175 dólares y fue presentada la semana pasada en Estados Unidos, añade la publicación.
Sin embargo, podría ser prematuro usar una prueba genética para predecir la gravedad del COVID-19 en pacientes, dijo la epidemióloga Priya Duggal, de la Universidad Johns Hopkins, a Science. Añadió que sería mejor que las personas no bajen la guardia ante el riesgo de contagio si una prueba de este tipo sugiriera que podría ser menos vulnerable a la enfermedad.
La compañía desarrolló esta prueba mediante la combinación del ADN de miles de pacientes con COVID-19, tomados del Biobanco del Reino Unido, con el fin de buscar variantes genéticas que podrían ayudar a comprender y a explicar qué tan grave enfermaron estas personas, detalló la revista.
La empresa determinó que la edad y el sexo por sí solos no pueden predecir con precisión el riesgo de contraer COVID-19 en su forma grave, concluyeron en un estudio preliminar publicado en marzo de 2021.
Apuntó que el modelo clínico y genético que desarrollaron funciona bien.