Corrían 42 minutos del primer tiempo cuando Christian Eriksen, mediocampista de la selección de fútbol de Dinamarca, se desvaneció sobre el campo de juego.
Su esposa, Sabrina Kvist Jensen, se transformó en la imagen de la angustia: mientras atendían a su marido fue consolada por los compañeros del jugador.
El mediocampista ofensivo de 29 años, quien juega en el Inter de Milán y fue campeón de la Serie A, tuvo que ser retirado del campo de juego con respiración asistida, en camilla y tapado con mantas blancas para que no se vean las escenas que conmocionaron al mundo.
Al ver lo preocupante que era la situación, la familia de Christian Eriksen invadió el campo de juego. Simon Kjaer y Kasper Schmeichel, compañeros del ex mediocampista del Tottenham, abrazaron a Sabrina Kvist Jensen, quien ingresó al césped entre lágrimas.
La mujer estaba ubicada en una de las plateas cuando sobre el final del primer tiempo en el duelo entre Dinamarca y Finlandia, Eriksen se desplomó en pleno campo de juego. Inconsciente e inmóvil, enseguida alertó a sus compañeros y rivales que llamaron a los médicos del estadio.
Eriksen no daba buenas señales. Los médicos intentaban reanimarlo, hasta que empezaron a realizarle trabajos de reanimación cardiopulmonar (RCP). Sus compañeros formaron una barrera alrededor del jugador del Inter de Milán para que las cámaras no tomaran ese momento.
Fue allí que Kvist Jensen saltó al campo desesperada. Vestida con la camiseta de su marido y envuelta en lágrimas. El momento, captado por algunas cámaras de televisión y fotógrafos, reflejaron la escena de mayor angustia frente a la desesperación por no saber lo que pasaba con el futbolista.
Pasaron cerca de 15 minutos desde que Eriksen se desplomó sobre el campo de juego hasta que lo retiraron en camilla.
Más tarde La UEFA informó a través de sus redes sociales que el futbolista fue trasladado al hospital y se encuentra «estable». Luego la Federación Danesa de fútbol informó a través de sus redes sociales que «Christian Eriksen está despierto y debe someterse a más exámenes en Rigshospitalet».