Con ciertas muestras de cansancio, ya sobre las 00:30 del jueves, Novak Djokovic atendió a los medios de comunicación después de ganar en cuatro sets al italiano Matteo Berrettini y clasificarse para las semifinales de Roland Garros, en las que el viernes se cruzará por 58ª con Rafa Nadal (29-28 para el serbio).
«Creo que puedo ganar, de lo contrario, no estaría aquí. Vamos a tener una bonita batalla», dijo Djokovic, confiado en sus posibilidades ante el «mayor rival» de su carrera: «Espero poder jugar a un nivel superior que el año pasado en los dos primeros sets de la final del año pasado. La calidad y nivel de tenis que he tenido durante tres o cuatro semanas sobre tierra en Roma, Belgrado y aquí me permiten tener buenas sensaciones y un sentimiento positivo para este partido«.
«Hay una tensión y unas expectativas extra, unas vibraciones diferentes cuando salgo a la pista con Rafa. Por eso es una rivalidad histórica para el deporte y he tenido el privilegio de jugar contra él muchas veces», explico.
«Rafa y Roger me han hecho más fuerte»
«Las rivalidades con él y con Roger (Federer) me han hecho ser un jugador más fuerte, me han permitido entender qué necesitaba para llegar al nivel en el que ellos estaban cuando empecé a jugar», añade antes de admitir que «con Rafa, la anticipación de cualquier partido en cualquier superficie u ocasión es diferente de cualquier otra».