La ciudad de Guangzhou en el sur de China confinó un vecindario y le ordenó a sus habitantes permanecer en casa el sábado para que se les apliquen pruebas diagnósticas de COVID-19 tras un incremento en las infecciones que preocupa a las autoridades.
Desde el pasado 21 de mayo, se han reportado 20 casos de la enfermedad, por lo que las autoridades han ordenado a los vecinos que se queden en casa mientras se realizan pruebas de covid-19. La propagación de las infecciones fue “rápida y fuerte”, dijeron las autoridades de salud, según las citó el periódico oficial Global Times.
Paralelamente, los negocios permanecerán cerrados y los servicios de transporte público estarán restringidos.