El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, pidió el martes en Islandia que se «evite una militarización» del Ártico, una clara advertencia a Rusia, cuyas autoridades defendieron la víspera sus actividades militares en esa región estratégica.
«Estamos preocupados por el aumento de algunas actividades militares en el Ártico, que aumentan los riesgos de accidentes y minan el objetivo común de un futuro pacífico y duradero para la región», dijo Blinken a la prensa la víspera de una reunión del Consejo del Ártico en la que coincidirá con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov.
El secretario de Estado llamó implícitamente a «evitar declaraciones» como las hechas el lunes por éste, destacando su «esperanza» de que la cumbre ártica de miércoles y jueves «fortalezca la cooperación pacífica en la región».
«Nuestra esperanza es que esta clase de cooperación continúe y que el Ártico siga siendo una región de cooperación pacífica», afirmó Blinken.
«Debemos avanzar, todos, con Rusia incluida, sobre la base de las normas y compromisos que cada uno de nosotros ha asumido, y evitar declaraciones que los debiliten», añadió respondiendo a una pregunta sobre los dichos de Lavrov sobre el Ártico.
El jefe de la diplomacia rusa había proclamado el lunes que el Ártico era zona de influencia de Rusia, advirtiendo a Occidente sobre sus ambiciones allí.
«Ha estado claro para todos desde hace mucho tiempo que éstas tierras son nuestras, parte de nuestro territorio», aseveró, denunciando sobre todo las derivas ofensivas de la OTAN y Noruega en el Ártico.
Antony Blinken, por su lado, reprochó a Rusia sus «reivindicaciones marítimas ilegítimas, en particular respecto a las reglas para la navegación de barcos extranjeros por la ruta norte» frente a las costas rusas del Ártico.
Estas reglas «no son compatibles con el derecho internacional y esto es algo a lo que hemos replicado y seguiremos haciéndolo», indicó.
