Robin Van Persie dejó el Manchester United en 2015 para fichar por el Fenerbahçe. Ese verano el club turco viajó a Suiza para disputar un amistoso contra el Mónaco. Aquel encuentro le sirvió para conocer en primera persona a un chico del que ya había recibido muy buenas referencias: Kylian Mbappé. Al delantero holandés le valieron unos pocos minutos para apostar por el francés. «Le miré y dije a todos los demás en el banquillo: “Si este chico no se convierte en una estrella mundial, me como la botas de fútbol que llevo puestas'», relata en The Sun.
Van Persie recuerda perfectamente aquel amistoso disputado contra el Mónaco en Lausana: “El club había organizado un partido amistoso contra el Mónaco. Sabía que iba a jugar 70 minutos y justo antes de que me sustituyeran entró un chico muy joven por el Mónaco. Se llamaba Mbappé y en Europa nadie había oído hablar de él todavía. Nosotros, como jugadores, sí habíamos oído, mientras estábamos en Suiza, que el Mónaco tenía un jugador especial en el banquillo para su partido contra nosotros».
El delantero holandés reconoce que quedó prendado de aquel joven francés que en aquel momento tenía 16 años: «Jugábamos en un campo muy mediocre de un club local de aficionados. Él sólo jugó 20 minutos, pero en ese poco tiempo fue increíblemente explosivo, muy hábil. Decidí observar todos sus movimientos. Era realmente algo de otro nivel». Dos años después el PSG pagó 180 millones al Mónaco por él.
