Un bus «rapidito» que no respetó las señales de transito estuvo a punto de matar a una familia (madre y dos hijas) en la primera calle de San Pedro Sula.
La familia, originaria de Taulabé,se transportaban en un micro-bus hacia la universidad Valle de Sula a dejar a una hija que se practicaría la prueba de aptitud académica, PAA.
Con el fuerte impacto la puerta deslizadora del micro-bus se desprendió por completo y una de las chicas cayó al pavimento pero rápidamente se levantó y se puso a salvo.
El hecho se produjo a una cuadra del estadio Morazán, la conductora del micro-bus dijo que ya casi llegaba a la otra calle cuando de pronto apareció la unidad de pasajeros embistiéndola brutalmente.