Se pudo conocer que la celebración habría ocurrido en México. A la fiesta de cumpleaños del pequeño llegaron sus familiares y amigos. El momento más importante llegó cuando tenía que apagar las velas: la gran mayoría de asistentes le tiraron la torta en la cara al niño durante varios segundos.
Para zafarse de esa cruel broma, el pequeño fingió un desmayo y cayó al suelo sin reaccionar. Segundos de angustia se vivieron pues el niño continuaba en el suelo ante la vista de todos los asistentes, pero poco después reaccionó riéndose y burlándose de sus amigos y familiares.
Pero la acción que realizó no le gustó para nada a su mamá que decidió lanzarle dos palmadas para que aprenda la lección y nunca más vuelva a realizar ese tipo de bromas.