Los ingleses se preparaban el lunes para volver a las terrazas de los pubs y a las peluquerías después de pasar el invierno confinados por la pandemia que ha enlutado al país.
“Estoy seguro de que será un gran alivio para los dueños de negocios que han estado cerrados durante tanto tiempo, y para todos los demás es la ocasión de volver a hacer algunas de las cosas que nos gustaban y nos hemos perdido”, afirmó el primer ministro británico, Boris Johnson.
Hace exactamente un año, Johnson fue dado de alta del hospital en el que pasó varios días ingresado por el nuevo coronavirus, incluidas tres noches en cuidados intensivos.
La alegría de regresar a las terrazas de las cafeterías y restaurantes se ve empañada por la muerte el viernes del esposo de la reina Isabel II, el príncipe Felipe, de 99 años, que sumió al Reino Unido en un duelo nacional hasta el día del funeral, el sábado.
El país, confinado por tercera vez al comienzo de enero (y algunas regiones como Londres desde mediados de diciembre), experimenta una fuerte mejoría sanitaria.
Actualmente tiene menos de 3.000 casos y menos de 50 muertes diarias. Los pacientes con covid-19 ingresados en hospitales no llegan a 3.000, en comparación con los casi 40.000 en el peor momento de enero.
El país vacuna masivamente: casi el 60% de la población ha recibido una primera dosis (la mayoría menores de 50 años) y las autoridades prevén que todos los adultos tengan una primera dosis para finales de julio.
Ese objetivo se mantiene a pesar de las preocupaciones por los posibles riesgos de trombos vinculados con la vacuna de AstraZeneca, que quedará reservada a los mayores de 30 años como medida de precaución.
Esta semana también se espera un alivio en las restricciones sanitarias en Italia, Irlanda, Eslovenia y Grecia.
Alemania ha superado por su parte los tres millones de infecciones por covid-19, según las cifras publicadas este lunes por la autoridad nacional de vigilancia sanitaria (RKI), en medio de llamamientos a más restricciones.
