El verano ya llegó a la zona norte y los emprendedores lo saben, pues para recuperar su economía se ven orillados a vender los productos de temporada.
Echarse un buen chapuzón ya sea en un río o en una piscina es una tradición en Semana Santa y en la zona norte varios vendedores ambulantes las ofrecen a los clientes, para escoger según sus gustos.
Los pobladores optan por comprar piscinas e instalarlas en sus casas, para seguirse cuidando del COVID-19.