El secretario general de la ONU, António Guterres, condenó este sábado la última matanza de civiles cometida por las fuerzas de seguridad birmanas y reclamó una respuesta «firme» por parte de la comunidad internacional.
Guterres, a través de un portavoz, condenó «en los términos más contundentes» la muerte de decenas de personas a manos de las autoridades militares de Birmania, donde este sábado se registró la jornada de represión más sangrienta desde que arrancaron las protestas contra el golpe de Estado de febrero.