El presidente Joe Biden aprovechó la celebración este miércoles en Estados Unidos del Día del Salario Equitativo para encabezar una ceremonia en honor de las mujeres en la Casa Blanca, un acto en el que, no obstante, expresó su deseo de que en un futuro no sea necesario conmemorar esta fecha.
«No deberíamos estar satisfechos hasta que el Día del Salario Equitativo no sea mencionado en absoluto», dijo Biden, quien lamentó la falta de oportunidades de las mujeres en el mercado laboral y denunció las diferencias salariales existentes con los hombres.
El mandatario estuvo acompañado por la primera dama, Jill Biden, y por las futbolistas Margaret Purce y Megan Rapinoe, una de las estrellas de la selección femenina de fútbol de EE. UU., así como por otras jugadoras del equipo nacional, que participaron de manera telemática.
“Esta selección ha hecho más porque la gente se plantee quién puede llegar a ser –especialmente chicas jóvenes- que nada de lo hecho antes. Así que, como presidente de EE. UU., les quiero dar las gracias por todo lo que han hecho», dijo Biden a las futbolistas que, además de cosechar excelentes resultados deportivos, se han vuelto estandartes en la lucha contra la desigualdad salarial en el país.
Rapinoe, quien protagonizó numerosos desencuentros con el expresidente Donald Trump, se refirió al mandatario demócrata como «uno de nuestros mayores aliados» y lamentó que, a pesar de sus «victorias», se haya visto «devaluada» por su género.
«He ayudado, junto con mis compañeras de equipo, a ganar cuatro mundiales y cuatro oros olímpicos para Estados Unidos; y, a pesar de esas victorias, he sido devaluada porque soy una mujer», denunció.
Biden lamentó su caso y concluyó: «Puedes ser una de las mejores en lo que haces y aún así tener que luchar por un salario equitativo».
El mandatario aprovechó la ocasión para firmar una proclamación estableciendo el 24 de marzo como Día del Salario Equitativo, una fecha que se viene conmemorando desde hace años en diversos países, entre ellos Estados Unidos, si bien su celebración variaba de día cada año.
