Mientras se realizaban trabajos de excavación para la construcción de una nueva capilla a la par de la antañona Iglesia católica de San Juan de Opoa, las viejas paredes de adobe se vinieron abajo justo cuando los obreros recien habian salido de la profunda zanja.
Del templo de desplomó un ventanario y parte de la fachada frontal.
Los trabajadores al sentir que empezaban a caer pequeñas piedras decidieron abandonar la excavación y poco minutos después sucedió el desplome.