La administración Biden volverá a interactuar con el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, anunció el lunes el secretario de Estado Antony Blinken, su último intento para revertir las políticas de la administración Trump y regresar a una política exterior con raíces en instituciones multilaterales.
En un comunicado, el principal diplomático estadounidense dijo que el presidente Joe Biden «ha dado instrucciones al Departamento de Estado para que se reencuentre inmediata y firmemente con el Consejo de Derechos Humanos de la ONU».
Estados Unidos comenzará ese compromiso como observador, dijo Blinken, «y en esa capacidad tendrá la oportunidad de hablar en el Consejo, participar en negociaciones y asociarse con otros para presentar resoluciones».
El secretario general de la ONU acogió con satisfacción la decisión de Estados Unidos. El portavoz Stéphane Dujarric dijo en un comunicado que «Naciones Unidas espera escuchar la voz crucial de Estados Unidos a través del trabajo urgente del Consejo».La administración Trump renunció al Consejo de Derechos Humanos de la ONU en 2018. La entonces embajadora de Estados Unidos, la ONU, Nikki Haley, acusó al organismo con sede en Ginebra de prejuicio contra Israel y de no responsabilizar a los violadores de derechos humanos.
«Durante demasiado tiempo», dijo Haley, «el Consejo de Derechos Humanos ha sido un protector de los violadores de los derechos humanos y un pozo negro de prejuicios políticos».
«Los abusadores de los derechos humanos continúan sirviendo y siendo elegidos para el consejo», dijo. «Los regímenes más inhumanos del mundo continúan escapando de su escrutinio, y el consejo continúa politizando el uso de chivos expiatorios de países con antecedentes positivos de derechos humanos en un intento de distraer a los abusadores en sus filas.
Hay 47 estados miembros en el Consejo, y los miembros actuales incluyen países que han sido acusados de graves abusos contra los derechos humanos como China, Rusia y Venezuela.
En su declaración, Blinken dijo: «Reconocemos que el Consejo de Derechos Humanos es un organismo defectuoso, que necesita reformas en su agenda, membresía y enfoque, incluido su enfoque desproporcionado en Israel».
«Sin embargo, nuestra retirada en junio de 2018 no hizo nada para alentar un cambio significativo, sino que creó un vacío de liderazgo estadounidense, que países con agendas autoritarias han utilizado para su beneficio», dijo.
«Cuando funciona bien, el Consejo de Derechos Humanos destaca a los países con los peores antecedentes en materia de derechos humanos y puede servir como un foro importante para quienes luchan contra la injusticia y la tiranía», continuó Blinken.
«El Consejo puede ayudar a promover las libertades fundamentales en todo el mundo, incluidas las libertades de expresión, asociación y reunión, religión o creencias, así como los derechos fundamentales de las mujeres, las niñas, las personas LGBTQI + y otras comunidades marginadas».
«Para abordar las deficiencias del Consejo y garantizar que esté a la altura de su mandato, Estados Unidos debe estar en la mesa utilizando todo el peso de nuestro liderazgo diplomático», dijo.
El nuevo compromiso con el Consejo de Derechos Humanos es el último esfuerzo para restaurar la posición de Estados Unidos en el escenario mundial a través de la participación en organizaciones multilaterales y tratados rechazados por la administración Trump.
Biden revirtió la salida de Estados Unidos de la Organización Mundial de la Salud. También se reincorporó al acuerdo climático de París.
La administración Biden también ha revertido una serie de decisiones de política exterior de la era Trump en los últimos días,suspendiendo los acuerdos migratorios con Honduras, El Salvador y Guatemala y tomando medidas para rescindir la designación de organizaciones terroristas extranjera de los rebeldes hutíes de Yemen.
