Las autoridades danesas han anunciado que cualquier persona que llegue al país por tierra, mar o aire deberá someterse a un test de coronavirus obligatorio y además guardar diez días de cuarentena.
Los extranjeros no residentes además deberán presentar una prueba negativa de coronavirus realizada hace menos de 24 horas, una medida en vigor desde enero. Quien no cumpla con estas normas será sancionado con una multa de 470 euros.
Estas medidas se deben a la aparición de las nuevas variantes del coronavirus, en particular la detectada en Reino Unido. Solo estarán exentos quienes transporten bienes considerados esenciales o que vivan en zonas fronterizas del norte de Alemania o sur de Suecia o viajeros haciendo escala.
Dinamarca ha contabilizado 201.186 casos confirmados de coronavirus, de los cuales 2.215 han fallecido. Sin embargo, la segunda ola parece bastante controlada con 413 nuevos contagios y 14 muertes en las últimas 24 horas contabilizadas.