La escena, captada durante una carrera de caballos correspondiente a la Copa Wellington (Auckland, Nueva Zelanda), inicia cuando, a falta de 150 metros para que culmine la competencia, un joven se ubica en medio de la vía, tomando por sorpresa no solo a los participantes, sino también al público asistente.
Es por eso que los presentes gritaban para que el sujeto no lo hiciera, pero el temerario continuó con el acto y, afortunadamente, salió ileso. El hecho sorprendió a todos no solo por la destreza de los jockeys para esquivarlo, sino también porque cada caballo pesa más de 500 kilos e iban a una velocidad de 70 kilómetros por hora.
“Fue impactante, tenía la esperanza de que se quedara quieto y que no se moviera”, dijo Jonathan Parkes, uno de los jinetes, al acabar la carrera.