Tres yeguas en estado de preñez fueron sacrificadas por inecrupulosos que ahora venden su carne en un sector de la capital.
Dentro del cementerio Divino Paraíso fueron encontrados los cuerpos destazados de las bestias, mientras que potros pequeños se mantienen en lugar «llorando» la muerte de sus madres.
Los sujetos robaron los animales de un potrero cercano,amparados en la oscuridad de la noche para llevarlas al campo santo donde procedieron a destazarlas, asesinando también a las crías.