Alejandro Navarro, quien sabía que sería internado en el hospital, empacó su computadora y su cargador para seguir revisando los trabajos de sus alumnos, pasando sus últimas horas entregado a su profesión.
Los grandes docentes en este mundo no pasan a la historia por demostrar saber mucho, sino por convertirse en un ejemplo de aquellos que son sus pupilos. Este año tan turbulento hemos podido aprender de la verdadera humanidad detrás de muchos profesores que han dado su 100%, intentando ser aquellos agentes de cambio a la distancia. Maestros como Alejandro Navarro de San Felipe del Río, en Texas, Estados Unidos, que pasan a ser recordados por su entrega y compromiso.
En una sala de hospital se encontraba Alejandro Navarro, un profesor devoto a su trabajo que estaba internado por graves síntomas a su corazón. Antes de pasar a urgencias, el maestro abrió su computadora y se puso a terminar de corregir los exámenes y trabajos que sus alumnos le habían mandado desde sus casas.
Su hija, Sandra Venegas, captó con su celular la última foto de su padre, quien cada vez con menos energías terminaba el trabajo que le quedaba.
La imagen fue compartida en Facebook un 18 de diciembre con un fuerte testimonio, donde relata que, su padre sabiendo que sería internado, lo primero que empacó fue su computadora y su cargador, para terminar los informes en la camilla del hospital.
En un momento, los doctores se le acercaron diciéndole que su estado iba empeorando y había probabilidad de que su corazón se detuviera, por lo que tendría que decidir antes si preferiría una intervención con RCP e intubación o irse en paz.
Sandra recordó lo preocupado que era su padre con el trabajo, llegando a anteponer siempre la necesidad de sus alumnos por sobre la propia. La hija se lamenta deseando poder haber aprovechado esos últimos momentos.
“La última vez que lo vi fue el lunes, y pasó las dos horas que estuve en su casa trabajando. Ojalá hubiera cerrado su computadora portátil y hubiera disfrutado pasar tiempo con él”.
–Sandra Venegas en Facebook–
Venegas, quien también es profesora, quiso hacer un llamado a tomar conciencia del gran esfuerzo que están haciendo los maestros este último tiempo, en que en tiempos de COVID-19, muchos pasan más horas de las debidas trabajando, lo que conlleva a una carga energética enorme. Su reflexión termina con que no normalicemos el trabajo fuera de los horarios laborales, pues en el trabajo uno es reemplazable, pero no en el hogar.