La compañía multinacional estadounidense y su grupo de empresas anexas anunciaron que están expandiendo su capacidad de fabricación a riesgo para alcanzar una producción de mil millones de dosis por año para finales de 2021.
En este contexto, este lunes y en el marco del estudio “ENSEMBLE”, se comenzará a vacunar en la Argentina a voluntarios mayores de 18 años que recibirán la única dosis que constituye a esta vacuna candidata en los Centros Swiss Medical acondicionados para este fin. Al ser un ensayo multicéntrico, otras instituciones también aplicarán la dosis.
Que haya sido pensada para ser aplicada en una sola dosis no es menor. Consultado por Infobae, el médico Gabriel Novick -quien fuera ex viceministro de de Salud de la Ciudad de Buenos Aires durante la pandemia de gripe H1N1 en 2009-, precisó: “Particularmente esta vacuna de Johnson & Johnson facilita la adherencia, todo lo que sea en una dosis facilita la adherencia. También tiene la ventaja de que no requiere congelamiento o freezer para el transporte y el almacenamiento, lo que también facilitaría a nivel de salud pública la inseminación y distribución de la vacuna. Son dos atributos interesantes de esta candidata en particular”.
Sobre las características particulares y propias de la vacuna de Johnson & Johnson-Janssen, la médica Paula Barreyro, directora de asuntos científicos y externos de Janssen Latinoamérica Sur explicó a Infobae: “Técnicamente nuestra vacuna se llama de vector viral. Eso significa que usamos un adenovirus no replicante que no generará infección, ni enfermedad en el organismo al que se inocula. Las tecnologías sobre las que se está investigando la vacuna contra la COVID-19 se denominan AdVac y PER.C6. Estas brindan no solo la capacidad de desarrollar nuevas opciones de vacunas con rapidez; sino también de aumentar la escala de producción de la vacuna candidata óptima. La misma tecnología fue utilizada por la compañía para desarrollar la vacuna para el Ébola, para el virus del Zika, el virus sincicial respiratorio y el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH); las cuales se encuentran en fases 2 y 3 de desarrollo clínico. En el caso de la vacuna contra el nuevo coronavirus se utilizará como el vector que trasladará un “pedacito” del coronavirus hacia el organismo para luego generar la respuesta autoinmune”.
Otras 10 vacunas candidatas avanzan en paralelo en fase 3, algunas de ellas mostrando resultados prometedores. Todas deberán demostrar ser eficaces y seguras, luego de atravesar rigurosos controles de calidad en los diferentes y variados ensayos a lo largo y ancho del globo, para al final de la carrera lograr la tan deseada y esperada aprobación condicional –todo en tiempos de pandemia es excepcional y por la gravedad de la situación epidemiológica y la necesidad de contener la propagación del virus SARS-CoV-2 los tiempos se acortan y el trabajo es a máxima velocidad– antes de ser aplicada a miles de millones de personas en todo el mundo.