El minino dejó su hogar y volvió casi 72 horas después con una nota que le colgaba del cuello. “Su gato no dejaba de mirar las caballas en mi tienda, así que le di tres”. El mensaje fue escrito por la dueña de una pescadería que alimentó al felino y que se identificó como “la tía May del callejón 2”. Incluso escribió su número.

La singular historia, publicada por un grupo de Facebook del distrito de Chang Phuak, en la ciudad tailandesa de Chiang Mai, se volvió viral en la mencionada plataforma, en donde acumula más de mil ‘me gusta’.

Algunos comentarios hicieron hincapié en el rostro del gato que “no mostraba ningún arrepentimiento”, mientras que otros alabaron a la comerciante por cuidar del animal.
