Miles de simpatizantes con gorras rojas se apiñaron hombro con hombro durante un mitin de apoyo al presidente Donald Trump en el sur de la Florida este domingo, pese al alto riesgo de contraer COVID-19 en la multitud y a que el evento se llevó a cabo a altas horas de la noche, interfiriendo con el toque de queda, impuesto localmente de la medianoche a las 6 a.m. para controlar el contagio.
Los seguidores, la mayoría sin cubrebocas, se reunieron en la pista del Aeropuerto Ejecutivo de Opa-locka, un lugar inusual para una congregación política. Los republicanos lo escogieron porque la orden de emergencia que el alcalde condal Carlos Giménez implementó a finales de marzo para restringir el tamaño de reuniones a 10 personas —otra medida para prevenir infecciones— no incluye a ningún aeropuerto.
“Este es el último mitin del día, así que podemos quedarnos toda la noche aquí”,dijo Trump al público animado poco después de que el avión presidencial aterrizara a eso de las 11:35p.m., tras una larga jornada de eventos de campaña en Michigan, Iowa, Carolina del Norte y Georgia. Comenzó a hablar a eso de las 11:47 p.m., 13 minutos antes de que comenzara el toque de queda, y terminó casi una hora más tarde.
Giménez, quien se postula por el Distrito 26 del Congreso federal con la bendición de Trump, anunció antes del mitin que no levantaría el toque de queda que ha llevado a la Policía de Miami-Dade a imponer multas de $500 a los restaurantes que lo infringen, pero que sería “flexible” si las personas se vieran obligadas a conducir a casa tarde. Cuando el alcalde tomó el escenario el domingo para animar a los presentes antes de la llegada de Trump, lo abuchearon, presuntamente por su manejo de la pandemia.
“¡Qué agradable! Nos podemos tomar nuestro tiempo. Les puedo contar cuentos. Este es un grupo importante, ¿no es así?”,agregó Trump, quien lucha intensamente contra su oponente demócrata Joe Biden en el tramo final antes del día de las elecciones este martes.