Azul, de siete años, ansiaba trabajar y tener su propio dinero. Su madre, ante la insistencia, le compró unos alfajores de maicena para que vendiera a modo de juego. Sin embargo, en cuestión de horas la pequeña vendió todo e incluso le dio un aporte a su familia.
Claramente que un pequeño trabaje jamás va a ser lo ideal, pero estamos de acuerdo que muchos de ellos cuando niños sueñan con un oficio o trabajar. Es aquí cuando los padres pueden entrar en dinámicas sanas y que les enseñen el valor del esfuerzo.
Así mismo lo hizo una madre con su hija de siete años, quien luego de insistirle que quería trabajar y tener su propio dinero, accedió a entregarle un “trabajo” del que pudiera generar ciertos ingresos. Sin embargo, la pequeña la sorprendió con su perseverancia y ganas de triunfar.
A través de sus redes sociales, Flor Garay, la madre de Azul, compartió que para enseñarle a su hija el valor del dinero, le compró varios alfajores de maicena para que así ella pudiera venderlos y tener su dinero.
Si bien su madre pensaba en comprarle todos de todas formas, la pequeña Azul agarró su celular y le mando audios a todos sus contactos. Flor escribió entonces: “Vendió 90 alfajores chicos… hasta los que le había comprado y pagado yo vendió…”.
Sorprendida por su tenacidad y ganas de surgir, la niña los hizo, los vendió y repartió ella misma. “Armó los pedidos, les puso el nombre y todo” escribió la orgullosa madre.
Con esta dinámica, la madre intentaba “inculcarle varias cosas”, como por ejemplo, que a los papás les cuesta las cosas y ella a veces no entiende. Tanto fue la enseñanza, que al finalizar sus ventas, Azul le entregó dinero a su madre para cooperar con compras de la casa.
“Entendió todo, Azul con siete años, entendió todo. Me sorprendió… estoy orgullosa de ella” finalizó la publicación la madre tras el aprendizaje que tanto ella como su hija lograron entender.