“Siempre me gustó el derecho, pero también siempre necesité un salario (…) Veía a los chicos de las Facultades y quería ser uno de ellos”, dijo este abogado.
Siempre hay tiempo para alcanzar los sueños, solo hace falta dedicación. Este es el caso de Juan Pablo Montenegro, quien sabía que no era tarde cuando decidió estudiar Leyes a sus 36 años, siendo él un conductor de autobús. La motivación le sobró y logró el objetivo, ahora con 42 años.
No obstante, fue un camino largo y duro. Este conductor, y ahora abogado, de Rosario, Argentina, se identifica como alguien humilde y esta misma forma de ser es la que lo ha ayudado a conseguir sus metas.
“Siempre me gustó el derecho, pero también siempre necesité un trabajo y un salario. Chofer de colectivo no se hace, se nace. Siempre maneje vehículos para vivir. En el 2001, con 21 años y recién casado me fui a vivir a España donde trabajaba de camionero, en el 2003 nació nuestra hija en Barcelona y decidimos volver para que se críe acá, acompañada de la familia”, dijo Juan Pablo a Rosario 3.
“Nunca es tarde para estudiar, capacitarse y darle para adelante”, agregó.
Aunque ya comenzó a ejercer su carrera profesional, aún mantiene su trabajo como chofer. Y es que, este oficio ha estado relacionado a él durante toda su vida. Dejarlo sería como abandonar una parte de sí mismo.
“Cuando era chofer de la empresa de caudales quise arrancar a estudiar pero en la empresa no me daban los permisos para las exigencias, los exámenes, así que no pude. Hasta que ya siendo chofer de la (ruta) 102 roja, que pasa por la Siberia (por la Universidad Nacional de Rosario), me volvieron las ganas de estudiar“, confesó Juan Pablo.
“Veía a los chicos de las Facultades y yo quería ser uno de ellos, un estudiante, un profesional. Y lo más importante sin dejar de trabajar de chofer de colectivos”, agregó.
Cuando esa chispa renació en él no dejó que se apagara. Para emprender este camino, donde tuvo que dividir su vida entre el trabajo como conductor y los estudios, su jefa en la empresa Rosario Bus, Viviana Tinari, fue de gran ayuda.
“Ella me alentó, me dio permisos y comodidades para que pueda cursar y rendir los exámenes. Cuando se me complicaba, la empresa Rosario Bus me facilitó todo, agradezco mucho a la empresa, a mi mujer, mi familia, todos ayudaron, yo creo mucho en Dios, esto también es gracias a él”, expresó.
Luego de 6 años de duro esfuerzo, puede sentir el dulce sabor de la victoria, mientras lleva en sus manos su ansiado título universitario. Además, sigue siendo el chofer que siempre le ha llenado el alma.
“Yo cuando era estudiante trabajaba de noche, llegaba a casa, me duchaba, cursaba, estudiaba, rendía. Siempre leía de noche, me grababa en el celular los textos y los escuchaba durante todo el día. Así retenía. Tenía ese truco”, comentó. No obstante, sigue estudiando para crecer aún más como profesional.
“Por el momento las condiciones de vida son estas, tengo un salario y me resulta muy difícil en este momento dejarlo. Igualmente estoy litigando, tengo causas de familia, me gusta mucho el derecho penal y actualmente estoy estudiando para rendir un ingreso en el fuero federal”, dijo.
“Se abrió un concurso para trabajar como abogado dentro del fuero. Trabajo en el colectivo, litigando y ahora estudiando nuevamente”, añadió.
Él es un ejemplo tanto para sus hijas y su familia como para desconocidos que lleguen a conocer su historia.