Bélgica ordenó el cierre de bares y restaurantes por un mes y dictó un toque de queda nocturno, expresando temores de un “tsunami” de nuevos casos de coronavirus en el país donde la Unión Europea tiene su sede.
Las medidas buscan limitar las interacciones sociales y así frenar el crecimiento exponencial de la pandemia en esta nación de 11,5 millones de habitantes.
El repunte del virus ya obligó a varios hospitales a postergar tratamientos no esenciales a fin de concentrarse en las víctimas de la pandemia.
“Estamos realmente muy cerca de un tsunami”, declaró el ministro de Salud, Frank Vandenbroucke.