Incluir en la dieta alimentos y bebidas que aporten nutrimentos esenciales para el cerebro es la mejor forma de cuidarlo
Es bien sabido que una buena alimentación puede hacer una gran diferencia en la forma en que nos sentimos y nuestro organismo se comporta. A continuación te diremos qué alimentos y bebidas cuidarán de mejor forma tu cerebro y su salud.
Cualquier parte del cuerpo necesita alimentarse y el cerebro no iba a ser menos, de hecho, a pesar de que solo representa el 2 por ciento de una persona, consume alrededor del 20 por ciento de la energía corporal, por lo que seguir una dieta adecuada es fundamental.
Si esta dieta incluye todo lo necesario para el organismo no solo mejorará la salud sino que también ayudará a combatir el deterioro cognitivo y mejorará el estado de ánimo, la memoria y la rapidez de pensamiento.
Por ello, los expertos de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), la nutricionista Anna Bach y el neurocientífico Diego Redolar, han elaborado una lista a modo de recomendación con los alimentos más adecuados para proteger el cerebro a lo largo de la vida:
Diez alimentos que protegen el cerebro a lo largo de la vida
1. Los carbohidratos. “La principal energía que necesita el cerebro para funcionar es la glucosa, que proviene de comer alimentos ricos en carbohidratos”, ha explicado Bach. Redolar ha subrayado que, sobre todo, son recomendables los que presentan un índice de glucosa en sangre bajo como son las legumbres, el arroz integral y algunos cereales, entre otros.
2. Las grasas omega 3 (EPA y DHA). “Como han demostrado distintas investigaciones, las grasas como la del pescado azul y las semillas de lino contienen lípidos poliinsaturados que ejercen efectos beneficiosos para el sistema nervioso, e incluso pueden tener efectos positivos sobre la cognición”, ha afirmado el neurocientífico.
3. El aceite de oliva virgen. En algunos estudios se ha visto que reduce el edema cerebral y el estrés oxidativo, y protege las neuronas después de una isquemia. “Uno de los aceites que se ha visto con mejores propiedades es el ‘Oro Bailén’, variedad ‘Picual’”, ha comentado el profesor, también investigador del grupo Neurociencia cognitiva y tecnologías de la información (CNIT) de la UOC.
4. El cacao. Contiene unos compuestos llamados flavonoides que afectan al sistema vascular, facilitando la oxigenación de los tejidos de todo el cuerpo. Según Redolar, los flavonoides parecen tener además un efecto muy positivo sobre el funcionamiento del cerebro.
5. Los arándanos y otros frutos rojos. Son alimentos que presentan antioxidantes y, además, unos pigmentos llamados antocianinas que protegen el sistema nervioso. Incluso, ha añadido el experto, algunos estudios han demostrado que los arándanos pueden mejorar la memoria.
6. Los tomates. “Tienen aminoácidos que son esenciales para el equilibrio entre los neurotransmisores”, ha destacado Bach. Contienen, como ha indicado Redolar, un antioxidante llamado licopeno que protege las neuronas de los radicales libres que pueden dañar las células.
7. Alimentos ricos en vitaminas B6 y B12 y ácido fólico. Estas vitaminas que se encuentran, por ejemplo, en los huevos, las sardinas, los yogurts o levadura de cerveza, reducen la homocisteína en la sangre. “Los niveles altos de esta sustancia se han relacionado con el infarto cerebral y el deterioro cognitivo en algunos tipos de demencia”, ha recalcado el neurocientífico. Y, como ha apuntado la nutricionista, “la falta de estas vitaminas puede provocar una depresión”.
8. La vitamina E. “Se encuentra en los frutos secos y de algunos alimentos, como los espárragos y los huevos, y puede ayudar a minimizar el deterioro cognitivo asociado a la edad”, ha comentado Redolar.
9. Las coles de Bruselas. Parece, según el experto, que pueden ayudar a la función cognitiva por los efectos neuroprotectores de unos compuestos llamados isotiocianatos.
10. Pipas de calabaza. Son ricas en zinc, mineral que puede ayudar a mejorar algunos aspectos cognitivos como la atención o la memoria. “Y además tienen magnesio, vitamina B y triptófano, sustancia que ayuda a generar serotonina, cuyo déficit se ha asociado a la depresión”, ha concluido el investigador.