Masaya, Nicaragua (AFP)
Con una corrida de toros, miles de habitantes de la ciudad nicaragüense de Masaya, un pueblo de raíces indígenas y famoso por su rebeldía y folclor, celebraron el martes las fiestas patronales de San Jerónimo, sin aparente temor a la covid-19 en el único país de Centroamérica que no adoptó medidas restrictivas para contener la pandemia.
De acuerdo con cifras oficiales, Nicaragua contabiliza desde marzo 5.170 contagios del nuevo coronavirus, incluyendo 151 fallecidos.
Los casos se redujeron la última semana de una media de 200 a 100 contagios, lo que ha llevado a la población a relajar más las medidas de prevención, saliendo a divertirse y pasear.
Por las calles de Masaya, 30 km al sur de Managua, los más devotos participaron el martes del “Tope de Toros”, persiguiendo y desafiando a las bestias mientras les gritaban improperios, ante miles de fieles que asistieron al espectáculo bajo un fuerte sol y luego una llovizna.
Las fiestas de Masaya, de más de 100.000 habitantes, se extenderán hasta octubre en medio de desfiles hípicos, bailes folclóricos y el festival de los “Agüizotes”, en el cual sus habitantes reviven mitos y leyendas de terror.
“Las fiestas de San Jerónimo son las más extensas de Nicaragua” con muchas “expresiones folclóricas en la danza, el teatro callejero, la música, sus comidas ancestrales”, dice a la AFP el promotor cultural Wilmor López.
El baile del “torovenado”, que se interpreta durante estas fiesta, es una sátira “en defensa del avasallador español”, subraya López, en referencia a la resistencia indígena contra el conquistador.
“La elegancia del baile de negras”, otra representación, es “como el estandarte del folclore que nos identifica culturalmente”, dice.
En la festividad de San Jerónimo, los fieles ofrecen penitencias por los favores que esperan les conceda el santo, que según la creencia popular puede curar muchas enfermedades y atrae a miles de creyentes.
“La importancia de la fiesta también se encuentra en la fe en su patrono convertida en promesa y vida”, afirma López.
Nicaragua -a diferencia del resto de países de la región- no ha declarado cuarentena, ni tomado medidas restrictivas para contener la propagación del coronavirus, y por el contrario el gobierno del presidente Daniel Ortega ha promovido numerosas actividades deportivas y recreativas, desatando la crítica internacional.
Frente a las cifras oficiales, el independiente Observatorio Ciudadano, conformado por redes comunitarias y médicos, por su lado registra 10.396 casos sospechosos de covid-19 y 2.735 fallecidos.
Los otros países de Centroamérica han comenzado a reabrir sus actividades, pero mantienen algunas restricciones sanitarias.