Muñecos de Batman, Spider-Man, Max Steel y otros preciados juguetes se pueden ver en la mesa que Mario, un niño de 11 años que vive en Ciudad Madero, Tamaulipas, puso en la puerta de su casa para venderlos y así juntar dinero para comprarse una tablet o un smartphone y así seguir con las clases a distancia.
Esta Nueva Normalidad han dejado al descubierto la gran diferencia social en cuanto al acceso a la tecnología, porque no todos los adolescentes y niños del país pueden seguir fácilmente la programación de Aprende en Casa II que emite por televisión la Secretaría de Educación Pública (SEP).
Mario, quien se encuentra cursando el sexto grado de primaria, seguía las lecciones por medio del teléfono de su mamá, Prudencia Lara, pero ella no lo tiene como objeto de lujo, es su herramienta de trabajo.
Relató, «Se lo prestaba al inicio, pero el celular me ayuda mucho al trabajo, le ayudo a una persona a vender tenis y también así me piden baguets».
Al final un solo dispositivo para dos personas no fue suficiente, por lo que Mario tomó la iniciativa de vender sus objetos más preciados: sus juguetes.
Sus padres no tienen las posibilidades económicas para comprarle el gadget, ya que, al igual que muchas familias mexicanas, la pandemia afectó severamente su economía. Prudencia Lara vendía baguets integrales en tres instituciones académicas, pero con la suspensión de clases ese ingreso se terminó. «Ya no pude trabajar, eso cambió todo. Le prestaba el teléfono al niño, pero si quiero ganar algo vendiendo lo necesito»
La situación del padre de Mario es similar, él se dedica a la mecánica y la pandemia afectó mucho el negocio, además de que tiene problemas en los ojos, el cual no ha sido atendido por falta de dinero.
La noticia se hizo viral en redes sociales y la historia del menor llegó a oídos de una fundación, la cual le obsequiará una tablet.
En una entrevista con el portal Cultura Colectiva, Prudencia comentó que ella publicó la foto de su hijo vendiendo en redes sociales para que la gente cercana le fuera a comparar, y no esperó que tantas personas los ayudaran.
También habló sobre el regalo que su hijo recibirá, «Yo no quiero que piensen que estoy lucrando con esto. Pero ya, gracias a Dios una fundación nos va apoyar, y agradezco todo el apoyo de la gente buena que se nos acercó».
