Chongqing es una ciudad china de más de 30 millones de habitantes ubicada al sudoeste del país, en la parte superior de la cuenca del río Yangtsé. Conocida como la ‘metrópoli cúbica mágica’ se caracteriza por sus vastas e imponentes edificaciones.
Pero entre sus atractivos también se encuentran sus cerros y acantilados, su gastronomía y, aunque parezca mentira, su transporte público, que se articula a través de una red de metro ligero de ocho líneas.
Y es que una de ellas, la 2 concretamente, esconde una sorpresa que muchos desconocen: una estación entre la sexta y la octava planta de un edificio de 19 pisos de altura. Algo que parece salido de una película de ciencia ficción.
Su construcción se debe, principalmente, a la proyección de una estación de metro ligero y de un edificio en el mismo punto. Ambas estaban previstas tanto en el proyecto de tránsito ferroviario como en el plan de ordenación urbanística de la ciudad.
La solución a este problema no fue otra que fusionar las dos infraestructuras y que supuso un reto arquitectónico de grandes dimensiones pero que se resolvió con eficacia en 2004.
La estación de Liziba ocupa los pisos seis, siete y ocho del edificio, tiene una longitud de 132 metros y, al contrario de los que muchos puedan pensar, no supone ninguna molestia para los residentes de la finca, ya que el aislamiento sonoro hace que el ruido no supere los 60 decibelios.
Evidentemente, la singularidad de esta construcción se ha convertido en una atracción turística y en sus inmediaciones se pueden ver todos los días una gran cantidad de turistas, tal y como muestran numerosos vídeo en las redes sociales.