Un metaestudio realizado por investigadores de la Universidad de Oxford ha dado la razón a todas y cada una de esas abuelas que a sus nietos e hijos les han recomendado mil veces que para hacer frente a un resfriado leve y a una molesta pero persistente tos no hay nada como la miel, que “suaviza la garganta”. Ya lo dice el refranero español, que más sabe el diablo por viejo que por diablo y que la veteranía es un grado. Ahora, la ciencia confirma la eficacia de esta forma natural y barata para combatir a ese malestar sin abusar de los antibióticos.
Según explican en New Atlas, donde se han hecho eco de los resultados de esta investigación, esta no hace otra cosa que ratificar lo que ya dijo hace un par de años el National Institute for Health and Care Excellence and Public Health England en el marco de una investigación para averiguar si convenía cambiar las recomendaciones generales dadas a los médicos en casos de pacientes con cuadros de tos leve y resfriados. La conclusión fue, como ha ocurrido ahora, que tomar miel funciona.
Lo que han hecho ahora los investigadores de Oxford es recopilar varios estudios y ensayos clínicos sobre el tema y analizar sus resultados para obtener una visión más amplia y en conjunto de los mismos. Uno de los problemas que encontraron, señalan en Gizmodo, es que muchos se centraban sobre todo el niños, así que han ampliado a adultos también.
En su investigación han tenido presentes 14 ensayos clínicos de pacientes de todas las edades aquejados de infecciones del tracto respiratorio superior. La conclusión de los responsable de este metaestudio no deja lugar a dudas: “La miel es un remedio de uso frecuente que es bien conocido por los pacientes. También es barato, de fácil acceso y tiene daños limitados”.
Por eso su recomendación a los médicos es que cuando se enfrenten a infecciones del tracto respiratorio superior se recurra a “la miel como alternativa a los antibióticos” ya que, argumentan, “es más efectiva y menos dañina que las alternativas de cuidado habituales y evita causar daño a través de la resistencia a los antimicrobianos”.
El inconveniente con el que se han encontrado es que los ensayos tenidos en cuenta no contemplaban solo los resultados obtenidos con el consumo de miel pura como tratamiento, sino que se incluían otros remedios caseros como añadirla a la leche o similares. De ahí que apunten a la necesidad de seguir profundizando en el tema.
Cabe recordar que los antibióticos no son eficaces para tratar los virus y que su abuso hace que pierdan eficacia frente a las bacterias, que se vuelven más resistentes provocando que para combatirlas se requiera el uso de antibióticos más potentes. Esto desemboca en que surjan las llamadas superbacterías.