Harry y Meghan ya han dado un paso más en su nueva vida en California. Tras unos meses en la mansión del actor de Tyler Perry en las colinas de Beverly Hills, los duques de Sussex han encontrado la casa en la que crear el hogar de sus sueños para criar a Archie, así lo confirmó un representante de la pareja después de que el medio estadounidense Page Six publicara que el nieto de la Reina de Inglaterra y la actriz llevaban desde julio instalados en su nueva casa en el condado californiano de Santa Bárbara. Horas después, el portal Dirt, especializado en “transacciones inmobiliarias a menudo clandestinas de personas de alto perfil”, ha dado los detalles de la nueva y espectacular propiedad de la familia.
Rodeado de jardines, con vistas al océano Pacífico y con exclusivos vecinos, así es Montecito, en el condado de Santa Bárbara, el lugar elegido por los duques de Sussex para empezar una vida lejos del Reino Unido y la monarquía británica. El citado portal especializado en propiedades de lujo en la zona advierte que los duques de Sussex han comprado una espectacular mansión de aire mediterráneo por US$14.7 millones de dólares. Por otro lado, a pesar del alto precio, apuntan a que los duques de Sussex han encontrado una ganga ya que el precio inicial de esta propiedad ascendía en el año 2009 a US$25.3 millones de dólares, así que el vendendor habría asumido una pérdida de casi más 10 millones de dólares en una década.
Poco tiene que envidiar esta casa a los palacios del Reino Unido, ya que alberga 9 habitaciones, 16 cuartos de baño y una casa de invitados completamente equipada, eso sin olvidar los numerosos espacios dedicados al ocio tanto interior como exterior, como una gran piscina, gimnasio, cancha de tenis, sala de cine o casa para el té. En los abundantes espacios verdes hay una rosaleda, cipreses italianos y olivos centenarios, algo que hará que Harry no eche de menos los cuidados jardines de los palacios británicos en los que ha vivido hasta ahora. También cuenta con un completo pub de estilo muy british, una bodega, varias terrazas con vistas panorámicas y una chimenea casi en cada habitación.
Los duques de Sussex han comprado su casa en la zona en la que vive Oprah Winfrey, amiga de la pareja, de hecho la popular presentadora estuvo invitada a la boda de los duques de Sussex en Windsor y fue ella quien medió para que se instalaran temporalmente en la casa de Tyler Perry. Gwyneth Paltrow, Ellen DeGeneres o Ariana Grande son algunos de los nuevos y exclusivos vecinos de Harry y Meghan. Un listado de «celebrities» que han hecho de este enclave costero, a 140 kilómetros al noroeste de Los Ángeles, donde nació Meghan y vive su madre, Doria Ragland, sea un refugio donde las cámaras no son bienvenidas.
Para Archie este lugar también será un sueño ya que la propiedad incluye un parque infantil, una cabaña y muchos rinconcitos en los que jugar lejos de los focos. Al parecer la privacidad es total al encontrarse en una calle de acceso cerrado, algo que era fundamental para los duques de Sussex que hace unas semanas vieron como sacaban fotos de su hijo volando con drones por encima de la casa en la que vivían en Beverly Hills mientras cerraban la compra de esta propiedad; una compra se habría realizado con mucha discreción. En este sentido, el portal especializado señala que los registros de propiedad apuntan a que la compra se habría llevado a cabo de forma clandestina a través de un “misterioso fideicomiso de nombre deliberadamente opaco”. Sin embargo, rastreando ese fondo concluyen que está relacionado con el que ha sido representante comercial de Meghan Markle en Hollywood desde hace tiempo.