Cuatro días después de que una explosión masiva sacudiera Beirut, la capital libanesa, la gente regresa a sus hogares destruidos. La magnitud de la destrucción fue tal que la ciudad parece el escenario de un terremoto, con miles de personas apiñadas en hospitales a la espera de atención.
La explosión, que parece haber sido causada por un incendio que activó 2.750 toneladas de nitrato de amonio almacenado en la zona portuaria sin medidas de seguridad, se sintió tan lejos como Chipre, a unos 240 kilómetros al noroeste.