La imagen de un pasillo en una escuela de Georgia hace pensar que los estudiantes allí presentes estarían asomándose a un despeñadero sujetos solo con alfileres para no caer. Y, lamentablemente, quizá algunos de los jóvenes estudiantes o del personal de esa escuela secundaria o de sus familiares podrían ya estar en caída libre, por decirlo metafóricamente, hacia el vacío del COVID-19.
Las escuelas han reabierto ya en distritos escolares del estado de Georgia y en la escuela North Paulding High School, situada a una hora de Atlanta, las actividades han reiniciado y los estudiantes vuelven a las aulas.
Pero lo que sería normal en cualquier otro momento, en medio de la pandemia de COVID-19 resulta especialmente problemático, sobre todo porque la incidencia de infecciones de coronavirus está en auge en Estados Unidos. Incluso en la misma escuela North Paulding de la foto se registró un brote del virus en miembros del equipo de futbol americano, según el relato de Buzzfeed News, y empleados del plantel podrían haber ya sido expuestos al coronavirus.
En Georgia se ha acelerado el regreso a clases, lo que muchos han considerado prematuro y de alto riesgo mientras otros lo ven como una decisión acertada argumentando que las escuelas establecerán las medidas de seguridad necesarias para prevenir contagios.
Pero lo que la citada imagen muestra sería prueba de que tanto las autoridades como los propios estudiantes han omitido el imperativo distanciamiento social y muchos no utilizan mascarilla. Y, lo peor, hay reportes de que aunque se habían registrado casos positivos de coronavirus en la comunidad escolar, aún así se les habría dicho a los alumnos que debían volver a clases o enfrentarían la expulsión o quedarse sin estudiar, pues la limitada cantidad de espacios para instrucción en línea se había ya saturado.
Para colmo, las autoridades escolares dijeron que el uso de mascarillas era una “opción personal”, lo que va en contra del consenso médico y las recomendaciones del Centro de Control y Prevención de enfermedades (CDC) que dice que son útiles para frenar la propagación del coronavirus.
Así, en esa escuela se ha estado cocinando un desastre.
Incluso habría en esa escuela una suerte de impulso a la censura, pues de acuerdo a la televisora local WSB-TV, dos estudiantes que habrían difundido en redes sociales la citada foto de pasillos congestionados fueron ya suspendidos por la directiva de la escuela, que considera que estudiantes enfrentarán “consecuencias” si publican sin autorización en redes sociales fotos o videos que sean “negativos”.
Hannah Water, de 15 años, una de las estudiantes que difundió fotos del pasillo de su escuela, dijo a BuzzFeed News que por haber hecho eso se le suspendió cinco días
El superintendente escolar local, Brian Otto, dijo que la citada foto fue sacada de contexto y dijo que “algunos individuos en redes sociales están retomando esta foto y la usan sin contexto para criticar los esfuerzos de reapertura de nuestra escuela”.
Eso ciertamente puede discutirse pero sancionar a estudiantes solo porque difundieron una foto de lo que fueron testigos presenciales en su propia escuela tiene un tono de censura. Quejarse porque algo habría sido sacado fuera de contexto para luego pasar a castigar la libertad de expresión de estudiantes no resulta congruente.
De acuerdo a Watters, se la sancionó por violar el código de conducta escolar al haber “usado mi teléfono en el pasillo sin persmiso, sado mi teléfono en redes sociales y publicado fotos de menores sin consentimiento”.
Las autoridades de esa escuela, con todo, no fueron tan diligentes al controlar las aglomeraciones de estudiantes en el pasillo, lo que es un factor de alto riesgo de contagio, como sí lo fueron para sancionar a Watters.
Y la inquietud por los riesgos ante el COVID-19 no son cosa aislada de dos jóvenes que publicaron fotos, sino un sentir importante entre los alumnos de esa escuela.
“Es la situación en el pasillo lo que me pone más paranoico… Hay mucha gente en los pasillos y no puedes hacer nada contra ello, da miedo”, contó James, un estudiante de último grado de esa escuela, que tiene más de 2,000 alumnos, según Buzzfeed News.
La foto que se ha hecho viral refuerza ese testimonio.
Los padres de James determinaron entonces que no volviera a esa escuela, pero al día siguiente una llamada de la directiva escolar les dijo que si el estudiante no volvía enfrentaría una suspensión o expulsión, por lo que el joven regresó a clases.
“No tuve opción”, dijo James.
El ambiente en esa escuela luce, así, de alto riesgo y resulta cuestionable que se advierta con expulsiones a los estudiantes que decidan no acudir a un plantel que, a la luz de lo que allí ha sucedido, sería una posible caldera de coronavirus.
Algunos maestros también tienen miedo, de acuerdo a Buzzfeed News. “Muchos estamos aterrorizados, pero no nos dirán si hemos quedado expuestos [al COVID-19] hasta que los rastreadores del estado nos contacten”, dijo un docente de esa escuela.
Con todo, otros padres no estarían preocupados por el riesgo de contagio al que se exponen sus hijos, y vía ellos sus familias, y confían en la decisión del gobierno estatal de reabrir la instrucción presencial en las escuelas.
Algunos estudiantes también consideran, según Buzfeed News, que su escuela ha sido tratada injustamente luego de que se difundió la imagen del pasillo lleno de jóvenes sin distanciamiento social. Algunos creen que es seguro acudir a clases sin mascarilla y que no todos los pasillos en su plantel están tan concurridos como el de la foto.
Empero, con uno solo bastaría para desatar un posible evento de contagio.
Al final, todo ello es un signo más de la polarización que existe en Estados Unidos ante las medidas básicas de contención del covid-19, la omisión de recomendaciones básicas y científicamente sustentadas en aras de una “decisión personal” mal entendida y la urgencia de reanudar actividades pese a que la pandemia continúa severamente activa.
Es de esperar que nadie resulte contagiado por la situación existente en esa escuela, pero la gravedad de la pandemia no puede taparse con un dedo. Aunque eso podría lograrse de modo significativo con el uso de mascarillas, distanciamiento social y otras medidas.