Don Jesús internó a su esposa para ser tratada por COVID-19 y al darla de alta intentaron cobrarle un millón de pesos.
Don Jesús Villavicencio lleva más de 50 días dando seguimiento al estado de salud de su esposa internada en el ISSEMyM. (Foto: Juan Hernández/8 Columnas)
Don Jesús Villavicencio, un campesino oriundo de Salazar, en la región de Metepec, Estado de México, atendió a su esposa en un hospital público luego de que ésta manifestara síntomas de COVID-19. Tras internar a su pareja y esperar por su recuperación, el nosocomio le informó que el costo del tratamiento y servicio recibido ascendía a casi un millón de pesos, mismos que más tarde fueron condonados a la familia gracias a la intervención de las autoridades. A continuación te contamos su historia.
La llegada de la COVID-19 a México trajo estragos para todos los sectores y escalas sociales. Si bien las autoridades dieron la indicación de que los servicios tanto públicos como privados debían abrir sus puertas para atender a los pacientes infectados, la brecha económica entre diversos grupos, como el campesinado, no tardó en manifestarse.
A través de un canal de noticias de la Ciudad de México es como se dio a conocer la historia de Don Jesús Villavicencio, un campesino residente de Metepec que internó a su esposa en el Centro Médico ISSEMYM ‘Arturo Montiel Rojas’ lpara llevarse una devastadora sorpresa.
Luego de que María Isabel comenzara a presentar distintos síntomas de COVID-19, su marido se dio a la tarea de buscar alguna alternativa médica que pudiera tratarla, y en una tarea que comenzó el pasado 8 de junio del presente año, fue como se encontró con el Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios (ISSEMYM), donde Jesús creyó encontrar lo que parecía ser una buena manera de proteger a su pareja.
Por desgracia, después de pasar casi dos meses a las afueras del hospital esperando por la recuperación de Isabel, este campesino se llevó la desoladora noticia de que el costo del tratamiento y la inversión médica en su pareja se elevaba hasta casi el millón de pesos, gasto al que faltaban medicinas, transporte y otros servicios.
Con una deuda de 926 mil 857 pesos, la familia de Don Jesús se vio en un grave aprieto, pues una abogada que pareciera ser del mismo ISSEMYM no ofreció ninguna otra alternativa más que saldar la cuenta acumulada.
“La licenciada me dijo que de alguna manera, como fuera, tenía que pagar yo esa cantidad, solamente con cárcel, porque de otra manera no creo poder (…) Es una cantidad que jamás en mi vida la podré ver”, mencionó Jesús al programa de televisión, además de señalar que hasta el momento en que le fue comunicada la cifra, ningún médico confirmó el estado de salud de Isabel.
Después de que el caso fuera dado a conocer a través de diversos medios de comunicación y difundido por redes sociales, las últimas noticias señalaron que la deuda le fue condonada a la familia Villavicencio, la cual llegó a un arreglo con la institución médica.
Don Jesús, por su parte, atribuyó este hecho a “la ayuda de Dios” y al apoyo de la prensa mexicana, autoridades estatales y federales, así como a miles de personas que divulgaron su historia.
“Esta es la solicitud de condonación de gastos por los servicios, que la voy a llenar, pero ya hasta cuando ya tenga un día con el alta… solamente le puedo decir que llegamos a un buen arreglo en este hospital, y en este caso yo, y gracias a Dios el doctor se mostró muy accesible, se nos atendió, por el momento no tengo más que decir porque ya hice algunas declaraciones, solamente se llegó a un buen convenio y se arreglaron las cosas favorablemente” señaló para el mismo noticiero que se encargó de cubrir la historia.
Cabe destacar que durante el tiempo que Jesús se mantuvo al tanto de la salud de su esposa, muchas personas lo visitaron a las afueras del hospital para alentarlo y dejarle comida, fruta y dinero, además de ofrecerse a realizarle diversos depósitos para recaudar la cifra señalada antes de la condonación.
Sin embargo, Don Jesús se negó a recibir cualquier tipo de respaldo económico, pues en sus propias palabras declaró:
“Soy una persona muy humilde que no quiero lucrar… no quiero que se tome esto a un lucro de abrir una cuenta y que me vayan depositando, ha llegado mucha gente a brindarme su apoyo moral y económico… yo lo único que quiero es que el gobierno o alguna autoridad, alguna dependencia me brinde su apoyo para poder saldar la deuda y que el día de mañana cuando mi esposa ya esté apta para la alta me la pueda yo llevar sin ningún inconveniente a su pobre casa”.
Para finalizar el inicio de esta larga historia, este campesino señala que solo le resta que den de alta de María Isabel para así regresar casa, y que debido al alto número de contagios que se han manifestado desde que él acudió al nosocomio, ahora espera por ella en la parada de autobuses y no en las instalaciones del ISSEMYM como lo hizo en un principio.
“Creo que la pandemia nos está golpeando a ricos, a pobres, a clase media, no distingue a nadie y este aquí en el hospital yo me he dado cuenta que hay de todo, y están pasando igual por situaciones muy difíciles, muy similares a la mía que a lo mejor no de dinero verdad, pero si con la incertidumbre de saber el estado real de su paciente, están ellos batallando porque aquí ha estado al pendiente de sus familiares”, reflexionó.