El enfermero argentino Daniel Porro vivió una pesadilla luego de dar positivo en un examen de COVID-19, pero no por la enfermedad, sino por la reacción de sus vecinos, quienes lo golpearon, quemaron su casa y hasta robaron su auto.
El trabajador de la salud del policlínico ADOS, contó al diario local LM Neuquén que todo comenzó el 19 de junio cuando uno de sus vecinos se enteró de que estaba contagiado del nuevo coronavirus y desde entonces comenzó a insultarlo.
Entonces el enfermero decidió irse a casa de su mamá para pasar la cuarentena, y luego estuvo internado en una clínica. Pasaron varios días y se volvió a someter a otra prueba, esta vez le dijeron que el virus había abandonado su cuerpo, por lo que regresó a casa para incorporarse a su trabajo. Sin embargo, la situación que encontró fue peor que la enfermedad.
“Me decían que me fuera del barrio porque tenía coronavirus”, explicó Daniel y el pasado 16 de julio todo se salió de control.
“Vete, porque eres un caso positivo y te vamos a quemar la casa, no queremos gente como tú en el barrio”, fueron las palabras con las que uno de sus vecinos lo amenazó. Luego ese mismo sujeto lo citó en la calle y, junto con uno de sus familiares, comenzó a golpear al enfermero.
“Me golpearon por todos lados entre varias personas, y todavía no me recupero. Perdí el conocimiento y quedé en el hospital”, dijo Daniel al citado medio.
Ese mismo día, por la tarde, el mismo sujeto y su familia incendiaron la casa del trabajador de la salud y hasta le robaron su auto Fiat, “Se llevaron el auto, directamente me lo robaron y una vez que estaba en el hospital le prendieron fuego a mi casa”.
Pese a todo ese infierno que vivió, Daniel Porro parece no guardarle rencor a su agresor, ya que cree que todo fue por ignorancia, “La gente tiene desconocimiento, porque no he tenido problemas antes con este vecino. La Policía le explicó bien cómo era el tema de los contactos, del aislamiento, pero esta persona nunca lo entendió”.
En otra entrevista que dio a Radio Universidad CALAF, el enfermero dijo que ya había levantado una denuncia, que su auto había sido recuperado por la policía de una casa de la familia agresora y que ahora no tiene donde vivir.