El Periódico de Catalunya publica este sábado una interesante entrevista con Arturo Vidal. El chileno, que como siempre reivindica su humilde origen en la comuna de San Joaquín, una de las áreas más desfavorecidas de Santiago, desvela al final de la conversación con los periodistas Marcos López y Albert Guasch el origen de la cresta que le ha dado una imagen tan característica a su carrera: «A los 19 años me dejé la cresta. Estaba con Chile en un Sudamericano y vi un partido de la Selección alemana. Me fijé en el lateral izquierdo (Ziege). Le vi la cara, la cresta, la agresividad, y vi que los rivales le tenían más miedo de lo normal. Se me ocurrió esta idea y agregué algo más a mi juego».
En la entrevista, Vidal deja claro que no se ve como moneda de cambio este verano. Pide respeto para su trayectoria: «Gané muchas cosas para ser eso ahora». Pero sí admite que podría salir porque quiere jugar. Y desvela que en el Inter lo están esperando: «Con Conte tengo una relación; sabe que soy un ganador, sabe que conmigo puede confiar. Es lo que quiero aquí. Me gusta jugar, me gusta sentirme importante. No digo jugar todos los partidos, pero sí esos que son claves, los que ayudan a ganar títulos. Hay jugadores que se nombran mucho, con talento, pero hay partidos más complicados de jugar porque entran muchos sentimientos». E insiste sobre esa idea: «Quiero sentirme importante. Y si no…. Si no uno tiene que mirar por su carrera».
Vidal también reconoce que durante el confinamiento, que pasó con su entrenador personal, Juan Ramírez, y dos amigos, hizo 10 kilómetros en 38.08 minutos en la cinta. «No quería que se hiciera viral, pero podría mejorar ese tiempo tranquilamente. Gracias a Dios, estoy mejor que nunca. Me siento para estar tres o cuatro años más jugando al máximo nivel. Los datos de los GPS así lo dicen».
