Multitudes acudieron desde primera hora de la tarde a la zona comercial de Causeway Bay, en la isla de Hong Kong, para rememorar el fatídico hecho de represión por parte del régimen chino en 1989.
Las protestas de la plaza de Tiananmén de 1989, también conocidas como la masacre de Tiananmén, la revuelta de Tiananmén o el incidente del 4 de junio (en chino: 六四事件), consistieron en una serie de manifestaciones lideradas por estudiantes chinos, que ocurrieron entre el 15 de abril y el 4 de junio de 1989. La protesta recibe el nombre del lugar en que el ejército chino disolvió la movilización: la plaza de Tiananmén, en Pekín, capital de China. Los manifestantes provenían de diferentes grupos, desde intelectuales que creían que el Gobierno era demasiado represivo y corrupto, a trabajadores de la ciudad que creían que las reformas económicas en China habían ido demasiado lejos y que la inflación y el desempleo estaban amenazando sus formas de vida. El acontecimiento que inició las protestas fue el fallecimiento de Hu Yaobang.
Miles de personas salieron a las calles de Hong Kong para recordar la matanza de Tiananmen de 1989 a manos del régimen chino. Este años la vigilia estaba oficialmente vetada por la Policía. No obstante, las personas decidieron desafiar la medida. El hecho ocurrió el mismo día en que el Parlamento local aprobó una ley que penalizará con hasta tres años de cárcel las injurias al himno chino (REUTERS/Tyrone Siu)
Desde primera hora de la tarde, miles de personas acudieron a la zona comercial de Causeway Bay, en la isla de Hong Kong, para rememorar aquel fatídico episodio (REUTERS/Tyrone Siu)
Ante una imponente presencia policial, los hongkoneses decidieron salir en grupos de menos de 8 personas para guardar la distancia de seguridad y evitar aglomeraciones, y encendieron en las calles velas compradas en puestos habilitados a tal efecto (REUTERS/Tyrone Siu)
Una joven deja su vela junto a otras (REUTERS/Tyrone Siu)
«El Gobierno hongkonés no tiene derecho a representarnos, y China tampoco. Somos ciudadanos de Hong Kong, y nada ni nadie va a impedir que salgamos a la calle», comentó a EFE un ciudadano llamado Sunny Lau mientras sostenía una vela en el Parque de la Victoria (REUTERS/Tyrone Siu)
«No podemos renunciar a nuestra libertad. Sería más fácil mantenerse al margen, pero actuamos porque creemos, simple y llanamente, que es lo correcto. Tenemos el derecho a recordar», sentenció en el mismo lugar el activista Joshua Wong, uno de los rostros más destacados del movimiento prodemocrático hongkonés (REUTERS/Tyrone Siu)