En una desgarradora escena la madre de German Josué Espinoza lloraba inconsolablemente clamando por un abrazo de su vastago quien yace muerto entre piedras y tierra en la falda del cerro el Picacho.
«Mi principe, mi todo mi mano derecha, como me dejaron», lamentaba doña Rosario tirada sobre la tierra aferrandose al cuerpo de su hijo.
«No me separen, yo quiero el abrazo de mi hijo… que mi hijo me abrace, vení abrázame papi… quiero ese abrazo tuyo», gritaba de manera desgarradora la mujer.
Doña Rosario entre llantos y lamento dijo que que su vida no tiene sentido ya sin German Josué, finalmente tras varios minutos familiares de ella y de German Josué lograron persuadirla para hacer el levantamiento del cadáver.
Para esa hora una gran cantidad de familiares, amigos y vecino habían colmado la escena lamentando la muerte de un joven muy querido por la comunidad, ya que reconocen en el a un muchacho trabajador, luchador y muy amable.ER
