Un evento dominó en 2020: un virus mortal y previamente desconocido causó estragos en todo el mundo, matando a más de 1,5 millones de personas, infectando a muchas más y causando devastación económica. Y aunque hubo otros desarrollos de investigación de interés periodístico en 2020, la pandemia marcó el curso de la ciencia en un grado extraordinario, advierten los investigadores en un artículo publicado en la revista científicaNature.
La velocidad de propagación del coronavirus solo ha sido igualada por el ritmo de los conocimientos científicos. Casi tan pronto como se descubrió el SARS-CoV-2, grupos de investigación de todo el mundo comenzaron a investigar su biología, mientras que otros desarrollaron pruebas de diagnóstico o investigaron medidas de salud pública para controlarlo. Los científicos también se apresuraron a encontrar tratamientos y crear vacunas que pudieran controlar la pandemia. “Nunca hemos progresado tan rápido con ningún otro agente infeccioso”, advierte la viróloga Theodora Hatziioannou de la Universidad Rockefeller en la ciudad de Nueva York.
Pero, como ha sucedido con casi todo el mundo, la pandemia también ha afectado la vida laboral y personal de los investigadores. Muchos de los que no estudian el virus o su impacto han visto retrasados sus proyectos, sus carreras han quedado en suspenso y la financiación de la investigación se ha interrumpido.CORTESÍAINFOBAE













