Se trata de un trastorno difícil de identificar y de tratar. Sin embargo, la ayuda médica y psiquiátrica es fundamental para prevenir lesiones graves e incluso la muerte en este tipo de maltrato infantil.
De acuerdo a Medline Plus, de la Biblioteca Nacional de Medicina de EE. UU., el Síndrome de Münchhausen es una enfermedad mental y una forma de maltrato infantil. El cuidador del niño, con frecuencia la madre, inventa síntomas falsos o provoca síntomas reales para que parezca que el chico está enfermo. Con respecto a las causas, establecen que nadie sabe con certeza qué lo causa. Algunas veces, la persona fue víctima de abuso de niño o tiene esta sintomatología o finge tener enfermedades.
El Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales de la Asociación Estadounidense de Psiquiatría lo denomina actualmente “trastorno facticio” -elaborado artificialmente a partir de elementos verdaderos-, pero durante décadas ha sido conocido como Síndrome de Münchhausen.
Según explican desde la Mayo Clinic, “se trata de un trastorno difícil de identificar y de tratar. Sin embargo, la ayuda médica y psiquiátrica es fundamental para prevenir lesiones graves e incluso la muerte por las lesiones”.
“No es lo mismo que inventar problemas médicos para un beneficio práctico, como irse del trabajo antes o ganar un juicio. Si bien las personas que sufren este trastorno saben que causan sus síntomas o enfermedades, es posible que no entiendan las razones de su conducta o que no reconozcan que tienen un problema”, agregan.
Gustavo Finvarb, médico psiquiatra infanto-juvenil, psicoanalista y neonatólogo (MN 47.891) explicó, en diálogo con Infobae: “Este trastorno surgió en Inglaterra, donde un médico empezó a sospechar que ante determinadas patologías reiteradas que presentaban algunos pacientes podría existir un cuadro de generarle un daño”.
El denominado Síndrome de Münchhausen by proxy o by power (por poder) se presenta cuando hay un adulto infringiendo determinadas situaciones injuriosas en la salud física y/o mental de un niño. Este concepto lo introdujo Richard Asher, médico endocrinólogo inglés, en el siglo XX al detectar varias situaciones de patologías muy graves – incluso hasta homicidios- y postuló la posibilidad de que haya habido algún adulto que haya infringido este daño en los niños.
A partir de esto, el Asher tuvo participación como perito en muchos casos y aparentemente el diagnóstico se extralimitó y se condenó a madres a situaciones de cárcel y de castigo cuando en realidad eran inocentes. Lo que sucede es que es un cuadro muy difícil de determinar y por lo general no lo puede hacer una sola persona, sino que se precisa de un equipo interdisciplinario y muchas veces de una internación para determinar y delimitar el cuadro.