El Gobierno de Sebastián Piñera ha decretado este viernes por la noche Estado de Emergencia y ha cedido el control de Santiago a los militares, en un intento para controlar el caos en la capital.
Se restringirá la libertad de reunión y locomoción y el presidente designará un jefe de la Defensa Nacional del Ejército, que se hará cargo de las provincias de Santiago y Chacabuco de la Región Metropolitana. La decisión extrema ha sido el corolario de una jornada de violencia que se agravó con el paso de las horas y pareció salirse de control.
Las protestas por el alza del precio del metro, que se agudizaron este jueves y viernes, derivaron en acciones vandálicas como no se había visto en décadas en Santiago. Los incendios se han replicado en estaciones de metro, autobuses, monumentos públicos, bancos, supermercados y universidades.
La sede central de la eléctrica ENEL, en el centro de la capital, fue incendiada por un grupo de delincuentes que a esta hora actúan con total impunidad y a rostro descubierto. Las principales calles parecen tomadas por los vándalos. La clase política, tanto del oficialismo como de la oposición, no han estado a la altura de la emergencia.
«El Gobierno convocará a un diálogo transversal para que los más necesitados tengan la ayuda que necesitan», ha indicado esta madrugada Piñera desde La Moneda, sede del Gobierno.cortesíaellpaís