Los emblemáticos tenis lanzados al mercado en 1972 son toda una institución dentro de la particular estética que identifica a los pandilleros de la MS-13. Tanto que en los tiempos de Trump, cuando han arreciado las políticas contra ellos, están abandonándolos para no delatarse.
«Manténganse alejados de los tenis Nike Cortez. Vestidos de esa manera el enemigo puede verlos, la policía puede arrestarlos y ¡boom! de vuelta a El Salvador. Para vivir una gran vida en Estados Unidos uno debe ser humilde, ya sabes, para evitar ser detectado».
Estas instrucciones específicas para evitar el uso de los famosos tenis lanzados al mercado en Los Ángeles en 1972 las da el líder pandillero de la MS-13 Edwin Manica Flores en una conversación teléfonica con un compañero de pandilla de Richmond, Estados Unidos y fueron grabadas por el FBI, que interceptaba su teléfono.
Esa llamada es hoy usada como una de las mayores pruebas para inculpar al pandillero, encarcelado en El Salvador, por cargos de conspiración para crimen organizado. Además, se ha convertido en una fiel evidencia de la estrecha relación que ha tejido la pandilla del MS-13 con este modelo de tenis de lona con el emblemático símbolo de Nike en el costado.
Idóneas para correr, ideales para las pandillas
«Las Nike Cortez, que derivan su nombre del conquistador español que sometió a Moctezuma, Hernán Cortés, fueron las primeras zapatillas de deporte todoterreno realmente cómodas que aparecieron en el mercado. Eran resbaladizas y ligeras, lo que las hacía ideales para correr y por lo que pronto se convirtieron en la zapatilla adoptada por los pandilleros mexicanos y otras pandillas de la costa oeste de Estados Unidos», explica a Univision Noticias Ron ‘Cook’ Barrett, un experto en prevención de pandillas que ha trabajado con jóvenes en el estado de Nueva York desde 1999.
La Guerra Civil en el Salvador de la década de los 80 obligó a muchos jóvenes y ex combatientes a huir a los EEUU, especialmente a Los Angeles, California, y muchos inmigrantes salvadoreños se agruparon para protegerse de las pandillas coreanas, chicanas y afroamericanas que estaban presentes en la zona, fundando ellos mismos sus propios grupos juveniles y delincuenciales y replicando con su estética la manera de crear una identidad que los diferenciara.
«En realidad, los primeros pandilleros ni siquiera llevaban tenis, usaban unos zapatos formales de la marca Stacy Adams», explica Alex Sánchez, expandillero de los Mara Salvatrucha y fundador de la organización para ayudar a ex miembros de estas pandillas a reintegrarse a la sociedad, Homies Unidos, en Los Angeles, quien recuerda que el estilo ‘Pachuco’, hecho de traje sastre formal y pantalones a la cintura que usaron las cuadrillas latinas en Estados Unidos en la década de los 50 «fue reemplazada en los años 80 por pantalones kakis, cabezas rapadas, camisas de cuadros abotonadas solo arriba y tenis. Una estética propia de los Cholos que luego sería replicada por miembros de la Mara Salvatrucha Stoner, que abandonaron su look metalero y de Heavy metal».
Desde entonces, los tenis Nike Cortez se convirtieron en un elemento fundamental en la estética pandillera de la MS-13. Fueron un mecanismo callado y, en principio, secreto para identificar quién hacía parte del grupo y quien no. Caminar por ciertos barrios de la Costa Oeste de Estados Unidos o de Honduras y El Salvador podía ser riesgoso si se llevaba la marca de tenis equivocada. Las fronteras invisibles creadas por estos grupos criminales empezaron a hacer respetar un estricto código de vestimenta y las noticias empezaron a poner en evidencia cómo si alguien quebraba estas normas o las irrespetaba por desconocerlas podía pagar con su vida.
«Los tenis proveen a estos jóvenes un estatus. Tener ese tipo de zapatos les hace decir ‘no cualquiera los tiene’, y les permite cierta señal de clase dentro del grupo», explica José Miguel Cruz, director del departamento de Estudios Latinoamericanos y del Caribe de la Universidad Internacional de la Florida, quien lleva más 20 años investigando a las pandillas MS-13 y Barrio 18.
En esta silenciosa guerra de zapatillas deportivas, las pandillas se fueron apropiando incluso de los nombres de los tenis para convertirlos en verdaderos slogans de su grupo.
En la década de los 90, los miembros de las pandillas afroamericana Bloods usaban tenis Reebok porque para ellos significaban “ Respect Each and Every Blood, OK” (Respeta a cada uno y a cada sangre, ¿ok?). Los tenis Adidas, por el contrario, significaban casi una ofensa misma contra la pandilla que entre sus opositores, la pandilla de los Crips, era conocida como los ‘Slobs’. Así cada letra de la marca de los tenis Adidas que llevaban los Crips significaba «All Day I Disrespect Slobs» (‘Todos los días falto al respeto a los Slobs’).
» Los elementos estéticos como los tatuajes o los tenis cambian en función de las olas de política en Centro América y Estados Unidos. Así, cuando el gobierno ha implementado los programas de mano dura, las pandillas han dejado de tatuarse visiblemente, y han elegido zonas específicas y ocultas como debajo de la lengua. También han renunciado a sus tenis o sus camisas de cuadros. Pero cuando la política se afloja, empiezan a tatuarse de nuevo en la cara y a llevar sus modas más tradicionales», explica Cruz.
El llamado de atención sobre los Nike Cortez que hizo el pandillero Edwin Manica Flores puede que ya haya surtido un efecto entre la pandillas. Las subculturas de estos grupos son dinámicas, y sus tendencias cambian como si se tratara del clima y cuando una tendencia es identificada o expuestas ellos se encargan de hacer los cambios necesarios para adoptar algo diferente.
Quizás y con las advertencias y denuncias que se han oído últimamente, estos tenis dejen de ser, justo en su aniversario número 45, el identificador más obvio de un pandillero de los MS-13.