El comandante de las Fuerzas Militares, general Luis Fernando Navarro, aseguró en diálogo con El Tiempo, que la vuelta a la lucha armada anunciada ayer por una facción de las FARC está clasificada para el Gobierno de Duque como un ‘Grupo armado organizado residual’(Gaor), por lo que será enfrentada con todo el poder del Estado. «No son una nueva guerrilla, no son un nuevo grupo. Nosotros ya lo teníamos catalogado como una banda dedicada de tiempo completo al narcotráfico y actividades ilegales, que por sus características y nivel de amenaza puede ser bombardeada», puntualizó el general.
«Lo que quieren es articular todas estas estructuras que están delinquiendo, las cuales tenemos claramente definidas y ubicadas geográficamente. Ellos quieren unificarse. Pero eso es lo que nosotros vamos a impedir. Tenemos las capacidades, y estamos desarrollando las operaciones a lo largo y ancho del territorio nacional para evitar que esto ocurra», dijo el general.
Navarro responsabilizó al régimen de Maduro y explicó que Gentil Duarte’ -que desertó incluso antes de la firma de los acuerdos- se encuentra en Venezuela. «Duarte los financia, los apoya económicamente y los armó. Se encarga de prestarles seguridad, pero eso no quiere decir que sus hombres en armas estén subyugados a ‘Marquez», puntualizó el oficial. Según las informaciones de inteligencia militar, habría unos 600 miembros de las disidencias de las Farc en ese país, exintegrantes de los frentes ‘Acacio Medina’, 16, 10 y 33.
La conexión con el chavismo
Hace meses que la inteligencia colombiana asegura que cuatro ex jefes FARC de los que se desconoce su paradero tras apartarse del proceso de reincorporación de la guerrilla a la vida civil, están en Venezuela protegidos por el régimen de Nicolás Maduro. De hecho, Colombia cree que el video del anuncio se grabó en territorio venezolano.
Es más, días atrás Duque adelantó denunciará ante la ONU al régimen de Maduro por «proteger y patrocinar a terroristas colombianos». El mandatario llevará su reclamo a la Asamblea General de septiembre ya que, según el presidente, la dictadura chavista viola la resolución del Consejo de Seguridad sobre financiamiento y protección del terrorismo.
Para el presidente colombiano, el régimen chavista convirtió Venezuela en un «santuario para terroristas». «Lo que yo creo es que a Nicolás Maduro cada vez se le asoman más las orejas al burro, y aquí lo que estamos viendo es que no solamente viene protegiendo a terroristas colombianos desde hace muchos años, sino que ratifica que Venezuela es un santuario de terroristas y narcotraficantes», dijo días atrás.
«Anunciamos al mundo que ha comenzado la segunda Marquetalia (lugar de nacimiento de las FARC hace más de medio siglo) bajo el amparo del derecho universal que asiste a todos los pueblos del mundo de levantarse en armas contra la opresión», afirma Márquez en el vídeo divulgado en internet, en el que aparece al lado de una veintena de hombres y mujeres armados con fusiles.
Entre quienes le acompañan se puede ver a Seuxis Paucias Hernández, alias «Jesús Santrich» y a Hernán Darío Velásquez, alias «El Paisa», que hace meses dejaron de cumplir sus compromisos con la Justicia Especial para la paz (JEP).
El disidente, que en el vídeo se ve vestido de verde militar y con una pistola en la cintura, asegura que la decisión de volver a las armas «es la continuación de la lucha guerrillera en respuesta a la traición del Estado al acuerdo de paz de La Habana» y asegura que buscarán alianzas con la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN).
«Buscaremos coordinar esfuerzos con la guerrilla del ELN y con aquellos compañeros y compañeras que no han plegado sus banderas que tremolan patria para todos», afirma. Márquez ya había criticado varias veces desde la clandestinidad la dejación de armas por parte de las FARC, lo que calificó de «error».
En el manifiesto leído dice que esa insurgencia, que toma el nombre y símbolos de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), no tiene como objetivo soldados ni policías «respetuosos de los intereses populares», sino que será «esa oligarquía excluyente y corrupta, mafiosa y violenta que cree que puede seguir atrancando la puerta del futuro de un país».
«En dos años, más de 500 líderes y lideresas del movimiento social han sido asesinados, y ya suman 150 los guerrilleros muertos en medio de la indiferencia y la indolencia de un Estado», expresa.
Enseguida añade: «Todo esto, la trampa, la traición y la perfidia, la modificación unilateral del texto del acuerdo, el incumplimiento de los compromisos por parte del Estado, los montajes judiciales y la inseguridad jurídica, nos obligaron a regresar al monte».
Al final del manifiesto leído por Márquez, Santrich, que está pedido en extradición por Estados Unidos bajo cargos narcotráfico, interviene para lanzar la arenga «Vivan las FARC-EP», que el resto de guerrilleros responde con un «viva».