La vida le vuelve a sonreír a Allan Rivera. Después de un año viviendo en una cárcel en el estado de Georgia, el ex capitán de la selección U-17 de Honduras en el mundial del 2015, volverá a las canchas de fútbol en su país. El defensor buscaba el sueño americano, encontró la penitenciaría y ahora podría estar cerca de fichar por un club de su país.
Según información del Diario Diez, Rivera ya se encuentra en Honduras en libertad y podrá reactivar su carrera después de un año de sufrimiento en una cárcel de Estados Unidos. El Real Juventud, club de la Liga de Ascenso, sería el equipo que le abriría las puertas para que vuelva a las canchas profesionales y a su “vida normal”.
Motivos que lo orillaron a buscar el sueño americano
Rivera se perfilaba para ser una de las próximas joyas del fútbol catracho, pero la delincuencia e inseguridad de Honduras lo orillaron a abandonar su carrera como jugador profesional para buscar una vida mejor, el sueño americano; lamentablemente las cosas no salieron como él esperaba y terminó en una cárcel en Georgia.
“Decidí venirme para Estados Unidos porque tuve varios altercados en Honduras. La primera vez me robaron mi primer auto, me secuestraron como a los 17 años. El año pasado me quisieron robar mi otro auto, me robaron todas mis pertenencias en mi apartamento, amenazaron a mi familia, amenazaron a mi persona. Tomé el riesgo de inmigrar porque tenía que huir, si no podía morir yo o mi familia”, confesó Rivera a Mundo Hispano.
Por desgracia para el jugador catracho, la policía migratoria lo agarró y todo se vino abajo, ya que terminó en una cárcel. Un año después, la vida le vuelve a dar otra oportunidad en el fútbol.