La deforestación influye de forma determinante en el cambio climático y es un problema ambiental a nivel mundial, no obstante, Tailandia parece haber encontrado la solución para combatirla.
De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la deforestación es la segunda causa más importante del cambio climático, y aún así en 2016 se registraron 29,7 millones de hectáreas de bosques desaparecidas en el mundo y en 2017, 15,8 millones.
“La deforestación es la segunda causa más importante del cambio climático después de la quema de combustibles fósiles y representa casi el 20% de todas las emisiones de gases de efecto invernadero; más que todo el sector del transporte a nivel mundial”, informe Estados de los bosques del mundo, FAO.
No obstante, los peores casos se registran en Malasia, Paraguay e Indonesia, con una tasa de deforestación de 14,4%, 9,6% y 8,4% respectivamente. Lo más alarmante es que hasta el momento no se han detectado señales de una desaceleración de este problema.
“La deforestación, causada principalmente por la conversión de la tierra forestal en zonas de agricultura y ganadería, amenaza no solo a los medios de vida de los silvicultores, las comunidades forestales y los pueblos indígenas, sino también a la variedad de la vida en nuestro planeta”, FAO.
Por su parte, el gobierno de Tailandia ya se encuentra combatiendo esta problemática, aún cuando ni siquiera se encuentra entre los primeros 10 países con los peores casos de deforestación. ¿La solución? Bombas de semillas lanzadas desde gran altitud.
Las “bombas” están elaboradas con una masa de barro, tierra, composta y semillas, lo que permite que el ciclo de la germinación pueda iniciar sin contratiempos, y representa un método sencillo, rápido y eficaz. De hecho, se espera que para comienzos de 2020 ya se vislumbren los resultados en las zonas más afectadas.
La idea surgió gracias al botánico japonés Masanobu Fukuoka, y en 1930 se lanzaron las primeras bombas de semillas en Honolulu. En 1999 se adaptó la idea a gran escala y la compañía aérea Lockheed Martin logró plantar más de 900,000 árboles en un solo día.
